Por: José F. Echemendía Gallego
Ayer se reunieron las 20 naciones con mayores recursos económicos, las 20 economías más poderosas del mundo. La convocatoria para este cónclave fue hecha por Arabia Saudita, país que asume la presidencia protempore del grupo en estos momentos. Será una reunión realizada por videoconferencia debido a la presencia de la pandemia de la COVID-19.
La cumbre se produce después de semanas de contradicciones entre miembros del grupo, a saber la guerra económica entre Estados Unidos y China; así como los desacuerdos entre Rusia y Arabia Saudita en cuanto a los precios del crudo, por último la ausencia de políticas comunes en el enfrentamiento a la COVID-19.
Qué puede esperarse de esta cumbre de emergencia del G-20? El centro del debate estará relacionado con la situación económica universal que impone la pandemia, la ya anunciada recesión que está a la vista, resultante de los cuantiosos gastos que han debido asumir la mayoría de los países del mundo y las bajas en la economía de todos debido a la paralización, total o parcial de las principales economías de Europa, Asia y América.
Es casi seguro que se ocuparán de buscar soluciones para paliar está situación inevitable, pero en ningún caso, y ojalá me equivoque, discutirán la ayuda a las naciones pobres o de escasos recursos económicos que se están viendo muy afectadas por la presencia del SARS-CoV-2. El principal pedido de los analistas y políticos está dirigido a qué sea condonada la deuda que estos países tienen con el FMI y el Banco Mundial.
En momentos en que el lenguaje que debe primar es el de la solidaridad y la cooperación, potencias como Estados Unidos mantienen las sanciones ilegales e injustas impuestas a gobiernos “que no son de su agrado”, entiéndase Cuba, Venezuela, Corea del Norte, Irán y Nicaragua. Como la esperanza es lo último que se pierde, esperemos que este tema sea analizado, aunque sepamos que objetivamente no debe ser lo que ocurra.
Los ricos y poderosos no tienen tiempo para pensar en cómo ayudar a los más necesitados.

Qué esperar de la reunión del G-20