Por: José F. Echemendía Gallego

No es nuevo, ya este tipo de agresión la conocemos los cubanos, quizás lo novedoso sea el aprovecharse de una situación tan comprometida como dolorosa, la presencia de una pandemia que hoy afecta a más de 180 países.

Estados Unidos, su gobierno, para ser justo y preciso, vuelve a acusar al gobierno de Cuba de tráfico internacional de drogas, en contubernio con Venezuela, toda vez que la amplísima y comprometida colaboración de la mayor de Las Antillas le propicia la idea de “matar dos pájaros de un tiro”.

Una vez más el país mayor consumidor de estupefacientes y opiáceos a nivel mundial, con probados eventos, en los que -al menos- ha sido cómplice activo, cuando no protagonista esencial, como el conocido escándalo internacional del Irán/Contras en Nicaragua (Irangate) en los años 1985 y 1986.

Un estado que tiene en la actualidad alrededor de 8 bases militares en el país que se reconoce como el mayor productor de cocaína a nivel global, Colombia, que ocupó por años Afganistán, también productor líder de la heroína. En estos países, a pesar de los supuestos esfuerzos por erradicar la producción de drogas, con la presencia de las fuerzas militares del Imperio, increíblemente esto ha aumentado, casualidad?, quién sabe.

En tierras del imperio norteamericano se estima que alrededor de 20 millones de personas consumen algún tipo de droga, desde la cocaína hasta la marihuana, está última en los años recientes se ha convertido en líder absoluta en la preferencia de los adictos.

Resulta entonces una evidente contradicción que el país donde más se consume la droga, responsabilice de traficantes a países que en los últimos años han demostrado con creces su compromiso en el enfrentamiento real al narcotráfico.

En Venezuela en los últimos 14 años se efectuaron más de 87 mil acciones antidrogas, en las que se detuvieron 123 mil personas y se incautaron 623 kilos de diferentes drogas, por otra parte en Cuba se mantiene la política de tolerancia cero en el tema de las drogas, solo en el año 2017 fueron incautadas más de 4 toneladas y media de diferentes drogas, en la frontera aérea se frustraron más de 40 operaciones de tráfico de estupefacientes. En este mismo año la DEA reconoció en su informe anual la colaboración de Cuba y los resultados positivos en el enfrentamiento.

De alguna manera hay que desacreditar a Cuba, o al menos intentarlo, en momentos en que la Isla caribeña se destaca por su solidaridad con el mundo y crece su prestigio internacional. Una vez más “el tiro le saldrá por la culata.

La paja en el ojo ajeno