Por José Echemendía Gallego

Hace hoy exactamente tres años que decidió despedirse de este mundo que él conocía muy bien, para adentrarse en otro desconocido del que muchos hablan solo por especulación o por alguna creencia religiosa que profesan, así de valiente se mostraba cuando había llegado a su novena década de vida.
Un amigo de la infancia, que no comparte completamente mi credo político, me dijo en varias ocasiones “cuando él no esté no sé qué va a pasar en este país, creo que todo se vendrá abajo”, era la misma peregrina idea que venían cultivando en el Norte para desalentarnos; pues sabían de la lealtad de los cubanos a su indiscutido líder; pero yo siempre le respondía igual, “no pasará nada, él mismo nos enseñó que la Revolución no es obra de un solo hombre”, y me daba cuenta de que aquella respuesta admitía algo que no quería aceptar de ninguna manera.
Cuando esa idea rondaba mi mente, motivado por alguien, o en mis introspecciones, me causaban una desazón y una incomodidad que solo podía alejar en el momento que reconocía que eso ocurriría, pero que estaríamos preparados para enfrentar la continuidad del proceso en su ausencia, una ausencia que solo sería física, pues sus ideas, principios, conceptos; y sobre todo, su ejemplo habían calado profundamente en un pueblo que lo abrazó como líder y como tal lo siguió hasta en las circunstancias que tenían rostro de holocausto.
Ya en lo personal pensé que sería muy difícil, pero creí que siempre me acompañaría, que cuando las cosas se pongan muy complejas, invariablemente podré acudir a sus textos y encontrar la respuesta; y si el desánimo me gana, no tendré más que ir a mis más caros recuerdos y sentir en mi mano la presión de aquellos finos y blancos dedos que con firmeza te transmitían seguridad y confianza; y así ha sido en estos tres primeros años, y será siempre; tal y como lo pensé.

Tal y como lo pensé

2 thoughts on “Tal y como lo pensé

  • 25 noviembre, 2019 at 8:34 pm
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    Fidel continúas vivo y estás en todas partes, en cada triunfo, en cada sonrisa, en todo lo que nos queda bien y queremos perfeccionar aún más.

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