Tomado del blog “Historiadores espirituanos”
Por: Guillermo Luna Castro
 
Sin dudas es el más grande héroe espirituano, pero entre los que en Cuba son homólogos, es uno de los más preteridos.
En muchos lugares se defiende a capa y espada a sus símbolos históricos, exaltando lo que hicieron bien y hasta ocultando lo que no defendieron como los gigantes, y muchos de ellos son preferidos de la historiografía nacional cubana: Serafín Sánchez no está en ninguno de estos grupos.
Tengo la percepción de que no es conocido e idolatrado en su tierra natal como debiera, ni que tampoco es asumido en Cuba como uno de los grandes; no por alcanzar los más altos méritos militares, sino porque su brillante hoja de servicios a la patria es ejemplo inconmensurable, como también su sempiterna postura ética, su meticulosa honradez, su enorme capacidad política y sus principios humanísticos; base de la subordinación de su vida al servicio de los ideales libertarios que hoy pueden y deben ser referentes para todas las personas.
Vergonzoso es que todavía no se haya levantado su estatua caballar, de las dimensiones y portentos que merece, para colocarla en el parque que lleva su nombre en la capital espirituana, aun cuando proyecto, recursos y voluntad para la obra hace muchos años estuvieron y pueden estar allí, prestos para que la mediocridad deje paso a lo magnánimo.
Hoy no es día para flores de cementerio, sino para la alegría inmensa de todo un pueblo; no es día para la consternación, sino para entender que gigantes de tal altura no les puede tratar como héroes de cualquier historieta, sino con la pasión que hierve el alma.
La biografía y el ideario de Serafín Sánchez deberían conocerla al dedillo todas las personas que viven en esta tierra, llena de historias que no pueden ser vencidas por el tiempo muerto que inspira cualquier desidia.
 
 
 
 
 

7

comentarios
Serafín Sánchez, el héroe minimizado