Tomado de Escambray. Por: José Lázaro Peña

En el año 2002 sucedió un punto de inflexión en la historia de la tecnología educativa nacional: una universidad del centro de la isla ganaba prestigio mientras posicionaba softwares de aprendizaje en el mercado educacional cubano.

Quienes tengamos entre 20 y 30 años recordaremos con nostalgia muchos de estos nombres: El ratón y la ventana, de la Colección Multisaber; Informática Básica, de la Colección El navegante y El arte de las letras, de la Colección Futuro. De estos proyectos también se liberaron softwares para cursos de la Universidad de México. Estos últimos consistían en una serie de proyectos multimedia que incluían desde un laboratorio virtual hasta animaciones vinculadas con diferentes procesos de las ciencias.

Casi un cuarto de siglo después, uno de los participantes, el diseñador gráfico del Departamento de tecnología Educativa de la Universidad de Sancti Spíritus José Martí Pérez (UNISS), Yorján Ruiz Torres, expresa que aquellos softwares cumplieron con creces los objetivos que en su momento plantearon: “En un inicio nuestras aplicaciones se divulgaron por todo el sistema educacional, pero, debido a la escasez de PC en las escuelas, resulta imposible que hoy día las usen en algún sitio. Esta es una de las razones por las que no prevemos ningún software de esta magnitud”.

Y aunque actualmente en la cátedra que preside solo estén enfrascados en rediseñar y actualizar la identidad visual de la universidad, el director del Departamento de Tecnología Educativa, Arlex Valdés González, decreta que en el centro hay dispersos proyectos que son dignos de reconocer.

CATALEJO

En Cuba existen más de medio centenar de instituciones de nivel superior y 3 150 sedes municipales. Incluso entre tanto número y con el desarrollo de las tecnologías del video y la democratización del smartphone como cámara de bolsillo, en el país no predominan las revistas audiovisuales universitarias.

Surgidas de la inquietud de jóvenes con vocación de artistas o generalmente vinculados a estudios como periodismo y comunicación, en estos espacios digitales se visibilizan las principales aspiraciones e inquietudes de una colectividad que ansía, cada vez más, contar su historia con voz propia.

Con el afán de ver más lejos en el espacio y el tiempo, como su nombre indica, esta universidad dio vida al espacio Catalejo. La jefa del Grupo de Comunicación Institucional de la UNISS, Ariadna Silva Arocha, explica que Catalejo es el programa juvenil de la FEU en este centro de altos estudios. Trata los tópicos de mayor impacto para la juventud universitaria y algunos temas sociales. ¿Su foco? Mostrar la vida en la Cuba de hoy y cómo esto impacta en la mentalidad y proyecciones que se tienen a esta edad.

“Como podrá comprobar, somos bastante ambiciosos en materia de divulgación. Es similar al programa Andando, aunque con un sello característico y propio. Este año celebramos su sexto aniversario y con una edición especial: trajimos a algunos de sus fundadores, comentamos la historia y el surgimiento, todo ello en una premier para chicos de todos los cursos”, añade Silva Arocha.

Catalejo se graba en una cátedra que ahora es cabina. En lugar del convencional Anime o Telgopor se usaron cartones de huevo para insonorizar y todo se rellenó con poliespuma que a cada rato picotean los gorriones. Es un espacio pequeño y su iluminación casera contrasta con las condiciones del estudio de televisión promedio. A pesar de ello, las ganas de hacer se imponen.

“Tampoco tenemos el alcance que quisiéramos. Crear pautas en los jóvenes desde la institucionalidad es muy complejo. YouTube todavía es una red inaccesible para muchos jóvenes y los que entran con cierta frecuencia prefieren invertir sus megas en otro tipo de contenidos. Por ello insistimos tanto en las maneras más rudimentarias de compartir: mano a mano y a través presentaciones públicas del programa”.

PEDAGOGÍA… Y MÁRGENES

En la actualidad resulta extraño que una universidad cubana no posea al menos una publicación seriada. Por ejemplo, la universidad de la que provengo, la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, tiene la revista ISLAS, una de las más prestigiosas de su tipo en el país. En el Centro de Recursos para el Aprendizaje y la Investigación Raúl Ferrer Pérez, de la UNISS, el CRAI, como todos lo conocen, se encuentran Pedagogía y Sociedad y Márgenes.

“Entre los servicios que prestamos a la comunidad universitaria se hallan dos revistas digitales. La primera, de corte eminentemente pedagógico, tiene 25 años de fundada. Nos publican autores mexicanos, ecuatorianos, colombianos, chilenos; nos comparten escritos desde Angola, Etiopía, y se encuentra disponible en español, inglés, francés y portugués”, explica la responsable del grupo editorial de la UNISS, Kenialiss Solenzal Hernández.

Márgenes, por su lado, fue fundada en el 2013. Surge por la necesidad de crear una revista multitemática que respondiera al desarrollo local y la sostenibilidad. Y en solo un decenio ha crecido hasta posicionarse casi al nivel de Pedagogía. En ella se incluyen desde temas de salud y agronomía hasta artículos científicos sobre informatización, biogás y paneles fotovoltaicos, “y está indexada en redes y bases de datos como EriPlus, Latindex, Google Scholar, LinkedIn, Twitter, Mendeley, etc.”, agrega la especialista.

Solenzal Hernández confiesa que mantener dos revistas de prestigio no es tarea fácil en la época de contrastes que nos asiste. “Echamos en falta cierto protagonismo por parte del estudiantado; por ello buscamos alternativas. El grupo editorial acude a varios espacios universitarios para promover la participación de los estudiantes en las revistas. Las mejores ponencias de los eventos de nivel provincial, o incluso de alcance internacional como el Yayabo Ciencia, quedan publicadas en nuestras páginas”, refiere.

“Más que mero marketing o una exigencia es un incentivo genuino para que los estudiantes de posgrado tomen el protagonismo y escriban para nosotros. Nuestra meta actual es llegar a Scielo, una base de datos prestigiosísima de segundo nivel”.

INTELIGENCIA ARTIFICIAL MODELADA EN 3D

Desde que Microsoft anunció que incluiría el motor de inteligencia artificial ChatGPT en su buscador Bing, el mundo enloqueció con la Inteligencia Artificial (IA) y ahora todos quieren aprender a programarla. Cuba no es, ciertamente, uno de los países con mayor desarrollo en este aspecto; aunque se avizoran algunos proyectos en distintos parajes de la geografía nacional.

Resulta extraordinario que una universidad del centro de la isla trabaje con ahínco en soluciones que incluyan estos potentes motores de redes neuronales digitales. El jefe del Departamento de Ingeniería Informática, Luis Alberto Quintero Domínguez, asevera que emprendieron en la que considera la peor época para comenzar cualquier proyecto necesario de financiación: la Gran Cuarentena.

“Tenemos prototipo inicial del nodo con sensores. Consiste en una solución práctica con la que, a través de la IA, medimos variables ambientales como temperatura y humedad en los cultivos. De esta forma asistimos al agricultor para tomar las mejores decisiones para la cosecha. Es una solución barata, pero que necesita recursos que muchas veces no se encuentran en Cuba. Por ejemplo, una impresora 3D”, declara el también doctor en Ciencias Técnicas.

Las impresoras 3D son máquinas capaces de modelas objetos, como su nombre indica, en tres dimensiones. Aunque su uso fue inicialmente para la prototipación industrial, en la actualidad su uso se extiende a muchas otras esferas de la vida como la fabricación de alimentos, prótesis médicas o incluso órganos. “Facilitan el desarrollo de componentes, pero tienen un hándicap y es el tiempo: modelar una pieza pequeña puede tardar horas”, añade el experto.

“Existen datos inutilizados que pueden procesarse y utilizarse desde la IA. Tenemos al sector hotelero en el foco: comportamiento del turismo en Cuba, estadísticas, niveles de satisfacción… Datos que permitan mejorar el servicio en el país”, confiesa Luisito, como de forma afectuosa lo llaman sus colegas, desde su departamento. No se detiene y cuenta cómo desea incentivar el uso de IA en empresas porque sabe que con soluciones de esta índole se puede construir una sociedad informatizada, interconectada y mejor.

La Universidad de Sancti Spíritus y el estado del arte