Entrevista realizada por: Neili Puñales. GCI

En Cuba, a partir del triunfo de la Revolución, se aprecian mediante cambios objetivos, estructurales y legales, así como el reconocimiento por igual entre las mujeres y los hombres. Existe la independencia política de la mujer, se favorece su incorporación al trabajo y a  los puestos de dirección, a los centros de estudio, con igualdad de  oportunidades.

La mujer emancipada se ha incorporado a la sociedad, tiene poder y posibilidades de exigir el cambio, ese es el caso de la Dr. C. Kolima Peña Calzada, Jefa de Departamento de Agronomía. Para ella, ser mujer dirigente es difícil en cualquier país, no solo en Cuba, porque además de representar un reto, ya que tradicionalmente estos puestos de dirección han estado ocupados por hombres, desempeñar el rol de dirección y hacerlo bien, es necesario ganarse la confianza y el respeto de los subordinados.

En su opinión la fórmula para ser un buen líder está en ser ejemplo, no se puede exigir lo que no se hace, por tanto, el dirigente en el medio académico debe impartir docencia de pregrado y posgrado, investigar, participar en proyectos, asesorar estudiantes, ser integral.

A la mujer siempre le va a resultar más complicado ser integral porque además de sus obligaciones profesionales, tiene la responsabilidad familiar un poco más marcada y siempre va a requerir de ella mucho más esfuerzo que en el hombre.

Como profesional, esta mujer se ha enfrentado a grandes retos, pero el que más la marcó fue terminar su doctorado en medio de la pandemia. En esos momentos se encontraba en Brasil, lejos de su familia y fue muy difícil, porque su madre  enfermó de Covid y falleció aquí en Cuba. En ese momento sentía mucha tristeza y fue muy difícil sacar todo adelante en medio de tanto dolor, pero se propuso hacerlo, por su madre y por su familia que estaba del otro lado del mundo y lo consiguió. Terminó su investigación, escribió su tesis, publicó varios artículos de primer nivel provenientes de los resultados de su tesis y regresó a recuperarse emocionalmente entre los suyos, en su país.

Combinar el papel de profesional y ama de casa para ella es difícil, toda mujer profesional necesita de un gran apoyo familiar, luego del fallecimiento de sus padres en menos de un año por la pandemia este apoyo se sintió un poco debilitado.

Actualmente cuenta con el apoyo de su esposo que muchas veces se queda al frente del hogar para que pueda cumplir varias tareas.  Muchas veces en su casa hace varias cosas al mismo tiempo, cumple con las tareas del hogar, pero también se sienta en la computadora y adelanta mucho trabajo hasta en los fines de semana.

Cuenta que su mayor logro profesional es su currículo, pues es reflejo de todo su esfuerzo durante años, a pesar de ser mujer, de haberse graduado embarazada y haber tenido a su primer hijo a muy  temprana edad; pero también valora mucho el respeto y la admiración que se ha ganado  entre sus compañeros, en su mayoría hombres, porque son estos los que, mayoritariamente, desarrollan las Ciencias Agrícolas en el país,  y ha sido fuerte poder tener voz y voto en un mundo de hombres, aunque le satisface haberlo conseguido.

Para quien nunca para de investigar y preparase, el tiempo libre se convierte en un momento para leer algún artículo o escribir, actividad que le gusta mucho, pero dice que si tuviera la oportunidad, le gustaría estar cerca del mar que es otra de sus pasiones porque cuando era pequeña pasaba muchos días en una casa de retiro en la playa María Aguilar, en Trinidad, tierra de la que es oriunda, y le provoca mucha paz observar el mar y el olor característico de la costa.

A las mujeres quiere recordarles que no deben permitir que nada ni nadie limite sus aspiraciones y derechos, que es fundamental luchar por la igualdad de género, demostrar con preparación y logros que son capaces de ocupar roles de liderazgo en cualquier ámbito, y siempre pensar que la suerte es donde confluyen la preparación y la oportunidad.

La mujer dirigente es también ejemplo de consagración