Por: M. Sc. Ariadna Silva Aroga. GCI-UNISS

El Día Mundial contra el Trabajo Infantil, proclamado por la Organización Internacional del Trabajo, se celebra el 12 de junio, con el objetivo de denunciar la explotación infantil que se lleva a cabo en muchos países del mundo, donde se obliga a los niños a trabajar, negándoles todo derecho a la educación, la salud y una vida plena que le permita su desarrollo y bienestar integral.

Es una triste y cruda realidad en muchos países en todo el mundo; lamentablemente, esta situación ha venido ocurriendo durante décadas, sin que los gobiernos hayan encontrado una salida satisfactoria para resolver esta problemática, que cada vez es más recurrente y alarmante.

La Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño ha alcanzado una ratificación casi universal, la que establece que los niños tienen derecho a ser protegidos contra el desempeño de cualquier trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o que sea nocivo para su salud o para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social. Además, establece que la enseñanza primaria debe ser obligatoria y gratuita para todos y fomenta el desarrollo, en sus distintas formas, de la enseñanza secundaria y hacer que todos los niños dispongan de ella y tengan acceso a la misma. La Asamblea General de las Naciones Unidas también ha adoptado dos Protocolos facultativos de la Convención para aumentar la protección de los niños contra la participación en conflictos armados y la explotación sexual.

Un gran número de niños hacen trabajos domésticos, remunerados o no, en hogares de terceras personas. Sus vidas transcurren ocultas a la mirada de la sociedad y lo habitual es que se encuentren aislados y alejados de sus familias. Esto los hace particularmente vulnerables a la explotación y las historias de abuso son muy frecuentes. En Cuba no sucede así. 

La Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) quedó refrendada en un cuerpo legal y entró en vigor en Cuba el 20 de septiembre de 1991. De igual forma la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, establece la meta de erradicar todas las formas de trabajo infantil para el año 2025 (Meta 8.7). La OIT ha manifestado que eliminar el trabajo infantil es una meta transversal en el cumplimiento de la Agenda 2030, ya que generará efectos multiplicadores en varios Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS).

Cuba, ratificó el Convenio 182 de la Organización Internacional del Trabajo  (OIT), que promueve la eliminación de las peores formas de trabajo infantil. Es parte de la Iniciativa Regional de América Latina y el Caribe libre de trabajo infantil, una alianza entre 25 países que ha surgido con el objetivo de acelerar el ritmo de reducción de este y  en la que también participan las organizaciones de empleadores y de trabajadores.

El Estado cubano ha mostrado una fuerte voluntad política para garantizar el adecuado desarrollo y bienestar de su infancia. Distintos datos e investigaciones muestran el alto nivel de protección y desarrollo que poseen niños, niñas y adolescentes; especialmente en relación con la cobertura educativa, que ocupa la mayor parte de su tiempo y la atención a su salud, que es gratuita y universal.

Pese a las complejas transformaciones que se llevan a cabo en el país, en todo momento ha habido un compromiso explícito del gobierno y sus instituciones de mantener los logros alcanzados en la protección de la infancia y la adolescencia. Los niños cubanos, cuentan con el tiempo y el apoyo para trabajar en sus sueños.

Educación, salud, alimentación, seguridad social, familia, cultura, deporte, leyes… en estas y muchas otras áreas el Gobierno y las instituciones de la Mayor de las Antillas combinan energía, alegría e iniciativas para garantizar el disfrute de los derechos de sus infantes.

 
En Cuba no se practica el trabajo infantil