Por: Neilis Puñales. Periodista del GCI

El camino transitado por las mujeres para lograr la independencia social y económica ha estado lleno de obstáculos. Después del triunfo de la Revolución Cubana las mujeres pueden presumir de lograr resultados tan satisfactorios como los de los hombres en cualquier ámbito, y un ejemplo de ello son las dirigentes con que cuenta la Universidad de Sancti Spíritus.

Para Bárbara Dayami Carmona Ariosa, quien tiene a su cargo el decanato de la Facultad de Humanidades, ser mujer dirigente en Cuba es muy satisfactorio porque demuestra, desde una perspectiva social, el empoderamiento femenino y la manera en que las mujeres han visibilizado su potencial.

Desde su experiencia personal, dirigir ha sido muy llevadero y fácil porque nunca ha sentido ningún tipo de rechazo ni cuestionamiento sobre su capacidad directiva y siempre se han reconocido sus resultados positivos, y los que no han llegado a este calificativo de manera inmediata, han contado con la voluntad de las personas para ayudar a sean mejores.

El mayor reto profesional para ella ha sido ser vicedecana de formación de pregrado, aunque parezca contradictorio, porque tuvo que asumir este puesto sin estar preparada: era una simple profesora que se desempeñaba en el departamento de Psicología-Comunicación Social y fue un impacto muy grande que la designaran para tal responsabilidad, en la que se mantuvo durante cinco años.

Aunque ello representó un gran reto, le brindó muchos saberes porque la prepararon muy bien y tuvo que aprender de todos los procesos que se realizan en una facultad y estudiar muchas resoluciones.

Para ella dirigir no solo conlleva una preparación profesional, sino autorregular algunas de sus características personales para poder enrumbar bien cada proceso, lidiar con las situaciones que se presentan todos los días con estudiantes y con profesores, con personalidades muy diferentes, y sobre todo tener que dirigir a personas con vasta experiencia y con una antigüedad superior a la suya.

Tener una red de apoyo sólida, en su caso su familia, es lo que le ha posibilitado poder lograr un balance entre lo profesional y lo personal porque es sabido que todavía el mayor peso de las labores domésticas es asumido por las mujeres; sin sus padres, esposo y hermano, le sería imposible  combinar todas las responsabilidades que carga sobre ella y no sentirse presionada en ninguno de los dos contextos.

Para quien sabe hacerse líder frente a los demás y lograr estar presente en una facultad que demanda mucho de su tiempo, el mayor logro es el reconocimiento social y de la comunidad universitaria por la labor que desempeña.

La actual Doctora en Ciencias no considera este grado científico como uno de sus mayores logros porque es parte de un proceso por el que deberían transitar todos los profesores universitarios; y específica, además, que su crecimiento profesional no ha sido un propósito específico, sino que que ha ido logrando poco a poco, casi sin proponérselo.

A la mujer cubana quiere decirle que crean en sí mismas, que ella es capaz de lograr lo que piensa e imagina porque tiene la capacidad de trazarse metas sólidas y, en consecuencia, dar pasos firmes para alcanzarlas.

Dirigir me llena de satisfacción