Por: Dr. C. Virgilio Companioni Albriza.

        Vicepresidente de la Cátedra de Estudios sobre el Pensamiento de Fidel Castro           

Fidel, hace exactamente tres años, quedaste para siempre sembrado en el heroico y abnegado suelo del Oriente cubano, que en representación de cada grano de arena, de cada palmo de tierra, de esta tu Isla, te recibió con los brazos abiertos como un hijo agradecido.  “No por callado eres silencio”, hoy tu voz es más alta Comandante de siempre, paradigma de miles de generaciones que se nutren de tu pensamiento y ejemplo para hacer la Revolución que necesita hoy el mundo.

Me atrevo a utilizar palabras de un compañero para decir que: “Morir no es nada, morir es vivir, morir es sembrar. El que muere donde debe, sirve. Vale y vivirás. Sirve y vivirás. Ama y vivirás.” ¿Y quién vive más hoy en Cuba que Fidel? ¿Y quién vive más hoy en esta universidad que Fidel? No te has marchado, porque en esto predios universitarios, cada día, escuchamos el sonido de tus gigantescas pisadas recorriendo estos pasillos, sentimos tu risa sana y tu voz adentrándose en las aulas, oficinas, almacenes, departamentos, y tu verbo conmovedor se reproduce en las gargantas de nuestros estudiantes, de nuestros profesores, cuadros y trabajadores de apoyo a la docencia.

¡Estamos aquí!, para seguir haciendo realidad los sueños que un día prometió Martí y que tú no descansaste hasta hacerlos cumplir. Convertimos en nuestro lema diario aquellas reflexiones que compartiste con nosotros en abril de 2016, y cito:

A los revolucionarios más jóvenes, especialmente, recomiendo exigencia máxima y disciplina férrea, sin ambición de poder, autosuficiencia, ni vanaglorias. Cuidarse de métodos y mecanismos burocráticos. No caer en simples consignas. Ver en los procedimientos burocráticos el peor obstáculo. Usar la ciencia y la computación sin caer en lenguaje tecnicista e ininteligible de élites especializadas. Sed de saber, constancia, ejercicios físicos y también mentales.

Ese ha sido tu legado: de esfuerzo, consagración, de avidez de conocimientos, de superación profesional, de convertir los imposibles en realidades, de soñar en grande.   Los integrantes de la Cátedra nos comprometemos cada día, a inyectarle ciencia y conciencia a nuestras actividades científicas y académicas para que tu legado, tu pensamiento y tu obra permanezcan en la memoria, algo que va más allá de simples nombres en calles, tarjas o instituciones.

Y contra aquellos que, aún después de tu partida,  intentan condenarte, vuelven a resonar aquellas palabras, con las que, un 16 de octubre de 1953, terminaste tu histórico alegato: “Condenadme, no importa, ¡La Historia me absolverá!”.

La Historia,  la inmensidad del mundo, tu querido pueblo, y todos los que sueñan por un mundo mejor y posible ya te han absuelto.

Los hombres y mujeres de la universidad espirituana no te dejaremos ir. Esto no es un adiós; es un ¡Hasta la victoria siempre!. Porque junto a ti seguimos cabalgando, a tu lado seguimos la marcha, junto a ti continuamos haciendo Revolución.

¡VIVA FIDEL!

¡VIVA NUESTRO INVICTO COMANDANTE EN JEFE!

¡VIVA EL LIDER INDISCUTIBLE DE LA REVOLUCIÓN!

¡PATRIA O MUERTE!

JUNTO A FIDEL ¡VENCEREMOS!

Declaración por Fidel