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Manuel Ascunce Domenech, con solo 16 años y convencido de que enseñar a los campesinos de la zona del Escambray a leer y escribir era parte de su contribución para la Cuba que se construía, asumió la responsabilidad de ser el maestro en casa de Pedro Lantigua, aunque fue un hijo más para esa familia.

Transcurría el año 1961, se incrementaba entonces el ataque de las bandas contrarrevolucionarias a la zona, de ahí que se orientara evacuar a los brigadistas de ese lugar, pero Manuel insistió en mantenerse en su puesto, pues decía que debía terminar su trabajo para regresar como todos en su momento preciso. Siempre estuvo al lado de Lantigua en la defensa y custodia de la casa, de la familia, y de los intereses de la Revolución.

El 26 de noviembre de 1961, en horas de la tarde, Mariana (esposa de Pedro) hizo para todos una colada de café recogido, cultivado y tostado en la propia finca, pero cuando ya se estaba repartiendo, no llegó ni siquiera a las manos de Pedro, pues fue sorprendido por presuntos milicianos, que después resultaron ser realmente, los bandidos. Mariana se percató de la simulación de los malhechores y salió en defensa de los suyos, quiso hasta hacer ver que Manuel era uno de sus nueve hijos. A la pregunta de quién era el maestro, Ascunce contestó: «¡Yo soy el maestro!», lo que indignó a los bandidos y arremetieron contra él y Pedro de la forma más brutal y cobarde, además de llevarse con ellos a Pedrito.

Mariana los sigue y logra arrebatarles al hijo, saliendo en busca de ayuda y refuerzos, pero el estado del tiempo, la oscuridad de la noche y las dificultades propias del camino, no le permitieron evitar a tiempo el propósito de los alzados.

Mientras tanto, los bandidos siguieron ensañándose con ellos, mediante ofensas, amenazas, golpeaduras, punzonazos -14 en total-, luchas, forcejeos y torturas. Cuando ya los tenían medio moribundos, deciden ahorcarlos y los alzan en dos ramas de una acacia, a poca distancia de la vivienda, aproximadamente a las ocho de la noche. Así quedan exánimes los cuerpos de Pedro y de Manuel, por defender la obra de la educación y ser fieles a la causa de la Revolución.

El asesinato de Manuel se produjo en Limones Cantero, finca Palmarito, junto a su alumno Pedro Lantigua Ortega, a manos de los criminales, Braulio Amador Quesada (principal ejecutor), Pedro González Sánchez y Julio Emilio Carretero Escajadillo.

Sus cadáveres fueron traídos al poblado, donde campesinos y brigadistas les rindieron el tributo emocionado y merecido; más tarde el de Manuel fue trasladado a la capital, donde un mar de boinas verdes del Ejército Alfabetizador, confundidas con un pueblo todo, dio el último saludo al Maestro. En el acto de despedida, el entonces Presidente de Cuba, Osvaldo Dorticós Torrado, expresó:

“Al asesinar a este adolescente, se ha querido asesinar con él a una nueva generación que encarna el más lúcido y sano presente, y que anuncia para la Patria el más esclarecedor porvenir. Hoy hemos cavado una tumba para el héroe adolescente, pero con actos como este cava día a día, su tumba el imperialismo y el capitalismo.

(…) Y quiénes son los respónsables de este crimen? Son, en primer término, los autores materiales, mercenarios o degenerados que realizaron el hecho con sus manos asesinas. Son responsables de este crimen los liderzuelos contrarrevolucionarios traidores que inducen -al crimen desde las playas veraniegas de Miami. Son responsables de este crimen los dirigentes del Imperialismo, que inspiran estas acciones criminales, arman las manos de los asesinos, financian con dólares sus acciones; responsables de este crimen y de los otros críme-, nes, son los dirigentes de Washington…; responsable de este crimen es en última instancia, el sistema imperialista y capitalista, que actualmente pretende sobrevivir en la historia, realizando hechos como este.”

En la clausura del XI Congreso Obrero, Fidel anuncia:

“En el día de hoy hemos recibido la noticia de que un joven brigadista alfabetizador, de 16 años de edad, fue asesinado por elementos contrarrevolucionarios en la finca Palmarito, barrio del Río de Ay, término municipal de Trinidad, Las Villas. El joven se nombra, o se nombraba y se seguirá nombrando: Manuel Ascunce Domenech.(…) ¿Qué puede haber sido la causa, el móvil de esa acción? ¿La irritación de los enemigos de la Revolución ante el hecho de que se hayan alcanzado las cifras de los cientos de miles de alfabetizados? ¿Qué los ha motivado? ¿La impotencia, la irritación y el odio? ¿O los ha movido el deseo de obstaculizar y perturbar el esfuerzo final, de sembrar el terror entre las decenas de miles de familias que tienen a sus hijos alfabetizando, a fin de debilitar y frustrar el tremendo esfuerzo de la última etapa de la Campaña?

Este hecho confirma nuestra concepción revolucionaria, comprueba lo que sabemos, lo que sabemos que es una Revolución como cambio profundo, que es escuela de luchas profundas, que es profundo antagonismo de intereses de clases. Y nos enseña lo que otras veces hemos afirmado: que la Revolución es una lucha a muerte entre La Revolución y la contrarrevolución, y que en esa lucha o la Revolución extermina a los contrarrevolucionarios, o la contrarrevolución extermina a los revolucionarios. Nosotros, ustedes, y todos, sabemos que es precisamente la Revolución la que exterminará a los contrarrevolucionarios.”

 
(Museo de Lucha contra Bandidos, Trinidad)
 
NACE EL DESTACAMENTO PEDAGÓGICO
 
El Destacamento Pedagógico “Manuel Ascunce Domenech” fue creado el 19 de mayo de 1972, a partir del llamado realizado por Fidel Castro Ruz a los jóvenes, durante el II Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, con el objetivo de formarse como educadores, ante la necesidad de cubrir la fuerza laboral que se requería para dar respuesta a la explosión de matrícula en el nivel medio, fruto de la revolución educacional que permitió el acceso a la escuela de los niños y adolescentes en todo el país.

Se formó así el I Contingente del Destacamento Pedagógico integrado por más de 400 estudiantes de décimo grado, con un plan donde se combinaba el estudio con el trabajo, permitía la incorporación de estos jóvenes como docentes de las recién creadas escuelas en el campo, a la vez que se formaban para graduarse como profesores de la educación general media en un período de estudios de 5 años.

En los años sucesivos y siempre en el marco del natalicio de Martí, se constituyeron los Contingentes: 2do, 3ro, 4to y 5to. El 6to fue en el marco de las conmemoraciones del asesinato de Manuel Ascunce, pero con egresados de preuniversitario.

Para los primeros contingentes del Destacamento la incorporación a la carrera implicaba, desde sus inicios, simultanear la labor como profesores de las secundarias básicas en el campo con su formación profesional como alumnos de los Institutos Superiores Pedagógicos. A partir del segundo año de constituido el Destacamento, se organiza en él la FEU. En el curso 19771978, de las filas del VI destacamento surgió el destacamento internacionalista “Ernesto Guevara”, que laboró en Angola.

A 58 años de aquel 26 de noviembre