La Universidad de Sancti Spíritus desempeña un papel crucial en la producción de alimentos en la provincia, destacándose tanto en la actividad científica como en la formación de profesionales. A través de su línea de investigación: Gestión y producción sostenible de alimentos.
La Facultad de Ciencias Agropecuarias lidera iniciativas en el manejo de ecosistemas agropecuarios y forestales. Este trabajo se realiza de manera multidisciplinaria y transdisciplinaria, involucrando a diversas facultades y organizándose mediante proyectos de investigación y grupos científicos estudiantiles.
La universidad cuenta con un consejo científico a nivel institucional y otro a nivel de facultad, donde se discuten y analizan las políticas científicas y los proyectos de investigación relacionados con la producción de alimentos.
A partir del accionar de proyectos de investigación y grupos científicos estudiantiles se abordan temas esenciales como la seguridad y la soberanía alimentaria, la educación nutricional, la producción de semillas y animal, la silvicultura y el manejo de energía renovable.
El proceso de enseñanza-aprendizaje en las diferentes carreras está orientado a formar estudiantes que contribuyan activamente a la producción de alimentos.
La formación de posgrado y grado científico es una prioridad, con programas específicos como la Maestría en Ciencias Agrícolas, la especialidad en Sistemas de Innovación Agropecuaria Local y el doctorado en Procesos Agropecuarios e Industriales Sostenibles, único de su tipo en el país, todos diseñados para responder a las necesidades del territorio.
La universidad forma parte de la comisión provincial y municipal de seguridad alimentaria y educación nutricional, y cuenta con expertos que asesoran diversas problemáticas del territorio.
Las investigaciones están alineadas con los problemas identificados por el Ministerio de Agricultura y los perfiles profesionales de los egresados. Además, la universidad pone a disposición de la práctica las fincas de cooperativas de créditos y servicios y cooperativas de producción agropecuaria, aplicando los resultados obtenidos en laboratorios y áreas experimentales, especialmente en el uso de bioproductos y aditivos.
La formación vocacional también es un componente esencial, destacándose el proyecto Agrofuturo en colaboración con la escuela Julio Antonio Mella, que impulsa la educación y práctica agrícola desde una edad temprana.